BIENVENIDOS
La fotografía está inevitablemente unida a la vida moderna. Hay fotógrafos por todas partes, les vemos continuamente y, desde que las cámaras se han convertido en un elemento habitual en los teléfonos móviles, cada vez tomamos más fotos.
Pero la fotografía no es solo imágenes, la mayoría de la tecnología se basa en procesos fotográficos. Al mismo tiempo, el poder de la fotografía para determinar nuestras vidas es más fuerte que nunca. Una simple fotografía puede llevar al mundo al borde de una guerra. Una fotografía puede adquirir fama internacional: basta pensar en la cantidad de famosos cuya mala conducta ha mantenido ocupados a los paparazzi en los últimos años. La fotografía fue (y es) el producto de un triunvirato entre arte, ciencia y tecnología. Los enormes avances de la fotografía digital en unos pocos años, por ejemplo, se cimientan en las ciencias representativas que se desarrollaron para la observación interestelar, la vigilancia satélite y la representación multiespectral de la superficie de la Tierra. La fotografía nos ha enseñado desde las imágenes telescópicas del universo hasta las microscópicas de la naturaleza, la fotografía nos ha abierto los ojos a la belleza de nuestro mundo y de otros, mostrándonos cosas que antes no estaban al alcance de la visión humana. Las fotografías pueden capturar recuerdos muy valiosos o ser deformadas para inducir engaño. Pueden usarse para seducir o insultar, y pueden producir pena o alegría. También pueden comunicar realidades complejas. La capacidad de la fotografía para el impacto inmediato y la honestidad de lo representado le otorgan el poder de mejorar nuestra comprensión de las situaciones e influir en nuestras opiniones. Esto se debe a la primacía de la percepción visual: dependemos de la vista más que de cualquier otro sentido para sobrevivir. Además una fotografía puede expresar casi todas las emociones humanas, incluso las tensiones interpersonales más complicadas, en un solo instante. En consecuencia, pese al poder de la palabra escrita, las imágenes dominan la comunicación internacional. La cuestión no es que una imagen valga más que mil palabras, sino que puede ser entendida en mil lenguas. |